La vida en los campamentos de refugiados: análisis y propuestas

El pasado 19 de febrero tuvimos la oportunidad de escuchar a Gonzalo Sánchez-Terán en el Colegio Nuestra Señora del Recuerdo y aprender sobre la vida en campamentos de refugiados, donde Gonzalo ha dedicado una gran parte de su vida. 

Desde hace diez años, el número de personas refugiadas en el mundo se ha duplicado, llegando a abarcar a cien millones de personas. Todas ellas, se reparten a lo largo de miles de campamentos de refugiados en distintas partes del mundo. Campamentos constituidos a base de tiendas de campaña y algunas letrinas que acaban convirtiéndose en el hogar de miles de hombres y mujeres durante muchos años. 

Debido a las tremendas crisis que han aumentado en los últimos años, los organismos de ACNUR y UNRWA trabajan por intentar mejorar la vida de estas personas que son rechazadas por la sociedad y forzadas a quedarse en estos campamentos. Este aumento se ha propiciado debido a diversas razones. Algunas, son más evidentes como guerras o crisis políticas. Sin embargo, miles de personas abandonan sus hogares cada día debido a motivos económicos. La última causa principal que fuerza el desplazamiento es la crisis medioambiental, que tanto está afectando a distintas zonas del mundo.

Una de las zonas más afectadas es el cuerno de África, que también se ha visto muy afectado debido a los conflictos bélicos que lo rodean. Es aquí, en la frontera entre Somalia y Etiopía, donde Gonzalo ha dedicado muchos años de su vida a abrir distintos campos de refugiados y ayudar a mejorar su funcionamiento. Somalia lleva en guerra desde 1991, y 2023 es el cuarto año consecutivo considerado de hambruna debido a la falta de precipitaciones que impide que los habitantes puedan cosechar y, por lo tanto, comer. Tan crítica es esta situación que tan solo en el último mes 60.000 personas han abandonado su hogar y se han puesto a caminar en busca de oportunidades. 

Vivir en un campamento de refugiado conlleva muchos desafíos. Más allá de las duras condiciones de vida, es difícil imaginarse un futuro mejor. Muchas veces cuesta encontrar trabajo y la mayoría de las familias llegan desestructuradas, habiendo dejado a familiares atrás. Miles de programas en el mundo se dedican a recaudar dinero para ayudar a estas familias a sobrevivir, aportándoles agua y comida. Sin embargo, conseguir acceso a la educación o formarse para poder trabajar es más complicado. 

Por otro lado, debido a la falta de reconocimiento internacional, sus oportunidades se ven menguadas, siendo muy complicada su reintegración en la sociedad. Por todo ello, es importante luchar porque todas las personas a las que les toca vivir en esta situación de miseria obtengan el reconocimiento necesario para que tengan oportunidades de un futuro mejor. La crisis de los refugiados en el mundo es sin duda uno de los mayores desafíos a los que nos enfrentamos como humanidad. Sin embargo, cuesta hacerse responsable de ello e implicarse para evitar que se lleguen a estas situaciones. 

Gonzalo nos ha acercado a una realidad muy distinta a la nuestra, pero que afecta a una de cada 80 personas en el mundo. Su ejemplo de vida nos ha ayudado a comprender que es posible entregar una vida a un fin en concreto para ayudar a millones de personas en el mundo y que debemos implicarnos para avanzar como sociedad en busca de un futuro mejor.

Autora: Inés Ferrer

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