El 18 de noviembre de 2017 Antonio Ledezma aterrizaba en Madrid. A su espalda, varios meses en una prisión militar, otros tantos de arresto domiciliario, y una huida a Colombia digna de un documental de Netflix. Un hombre hecho de una pasta diferente, un hombre dispuesto a sufrir por su país. 6 años después, el 17 de Abril de 2023, los jóvenes de Ágora Nueva teníamos el placer de escucharle bajo el título “La tragedia de Venezuela y la amenaza de expandirla”.
Nuestra intención con este artículo es dar a conocer las múltiples ideas que Antonio Ledezma nos presenta en sus intervenciones públicas y sus libros. Siendo españoles, escucharle es como adentrarse en una película de ciencia ficción. Dictadores, corrupción, trampas, egoísmos y finalmente liberación. Pero es importante reconocer que la lucha continúa y escuchándole cuesta entender que alguien que ha vivido su experiencia tenga una visión tan llena de esperanza y amor hacia su pueblo. Su lucha no se limita a Venezuela, sino que se pone en nuestra perspectiva como el futuro de este país, advirtiéndonos que los ataques a la democracia ocurren en todas partes y el sistema se puede corromper desde dentro. Nuestra labor como ciudadanos no se reduce a votar, sino que requiere una constante supervisión a los que ejercen el poder. Ya lo dijo Thomas Jefferson en su momento: “el precio de la libertad es la eterna vigilancia.” El Alcalde Ledezma nos llama al activismo en forma de queja cuando consideramos que nuestros representantes no velan por nuestros intereses sino por su beneficio propio. En palabras de Antonio, democracia es sinónimo de controversia y debemos sospechar de promesas vacías como las características del Populismo.

Nos puede parecer algo muy lejano que España acabe como Venezuela y que se den situaciones como que un presidente escoja al líder de la oposición o tenga a su disposición miles de millones de euros sin la necesidad de justificar su gasto. Esto no tiene porqué ocurrir de la noche a la mañana a golpe de pistola. Un sistema democrático se puede deteriorar lentamente con el paso del tiempo cuando, en vez de fijarnos en un bien futuro y un desarrollo constante y largo-placista, buscamos la satisfacción de necesidades inmediatas. El conformismo es el enemigo del progreso. Cuando una sociedad se asienta y se limita a escuchar a sus líderes sin un pensamiento crítico hay que volver a lo que dijo Antonio sobre la importancia de culturizarse políticamente. Pero claro, en unos tiempos en los que la palabra meritocracia se ha vuelto tóxica, pensar y reflexionar se ha vuelto un tabú para los que tratan de igualar hacia abajo y premiar la apatía.
No solo es luchador un preso político, sino que, como nos enseña Antonio, el verdadero combatiente es aquel que busca impulsar su país desde el pensamiento crítico y el trabajo diario sin tener en cuenta los muros construidos en su camino. Podemos estar viviendo entre unas rejas invisibles, que se empiezan a observar una vez establecemos unas ideas por las que luchar hasta que finalmente nos liberamos como hizo Antonio.
Además del populismo, Ledezma nos advierte de otras dos P ‘s, Polarización y Posverdad. El pluralismo ideológico es natural a la condición humana. Pero se puede convertir en una amenaza cuando deriva en un enfrentamiento antagonista de posición cerrada y odio al que piensa diferente, cuando en realidad es este el que nos ayuda a ser mejores. Cuando lo verídico pasa a un segundo plano y nuestro principal criterio es la opinión preconcebida, la sociedad se agrieta. Es difícil discernir entre tantas fuentes de información y tener una visión objetiva, pero es nuestra obligación como ciudadanos. Aunque, claro, esto requiere esfuerzo y eso no está de moda.

Antonio no se limita a advertirnos sobre la posibilidad de un futuro oscuro, sino que presenta una hoja de ruta para la liberación de Venezuela. Con mucha razón, nos dice que es irracional esperar un resultado distinto si continuamos haciendo lo mismo y habla de las próximas elecciones como un punto de inflexión que puede cambiar las tornas para la oposición a Maduro. Es realmente admirable la fe que tiene el Alcalde Ledezma en que el pueblo venezolano consiga salir de su situación.
La miseria es la estrategia principal de un líder que se aferra al poder para continuar lucrándose a costa de la población, pudiendo fácilmente acallar cualquier revolución lanzando miguitas que aparenten una mejora. Por eso debemos tener una mirada crítica en situaciones de precariedad para evitar que el pueblo sea engañado. Pero no es un túnel sin salida. Hay líderes como Antonio que nos animan a reivindicar nuestros derechos, cuidar nuestras instituciones y luchar por nuestra democracia porque “nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde”.
Sara Borruel Cancelas
Luis García Castro