Federico Fellini, director de cine y guionista italiano, dijo en su día: “One of the greatest handicaps is to fear a mistake. You have stopped yourself. You have to move freely into the arena, not just to wait for the perfect situation, the perfect moment… If you have to make a mistake, it’s better to make a mistake of action than one of inaction”.
Vaya píldora de verdad contenida en 3 líneas. Hacer que las cosas pasen, sobrevolar las palabras y aterrizar en acciones. Hacer que las ideas se materialicen, y luego podrán ser evaluadas; pero, sin algo físico y real que valorar, ¿cómo avanzamos?, ¿cómo convertir la intuición en certeza si no es llevando a la primera de la mano hasta alcanzar la segunda?
En el año 1963, Fellini estrena la que sería una de sus películas más famosas, 8 ½. Pura creatividad e ingenio. Las escenas se suceden sin poder dejar de prestar atención, pues en todo momento hay un nuevo estímulo, un nuevo personaje, una nueva historia… y el poco sentido que parece tener el filme al principio, acaba por encajar al final, al entender que cada pieza era parte de un todo. Qué película más bien contada, qué elegancia en el modo de contarla.
De 8 ½ se dice que era en gran medida un relato autobiográfico, como también lo es “La forja”, el primer tomo de la trilogía “La forja de un rebelde” que Arturo Barea publica desde el exilio en Inglaterra. En este primer libro, Barea narra su infancia y adolescencia en el Madrid de principios de siglo XX. Bendito el día en que me fue recomendado. Tiene una primera parte más descriptiva y una segunda parte en la que van pasando cosas y avanza la acción. Las descripciones van desde las lavanderas con las telas al sol en el Manzanares hasta los árboles frutales, la caza y los peces de Méntrida; una maravilla. La historia en sí, la acción, permite conocer a la gente y los lugares de la capital desde unos ojos sinceros, inteligentes y casi pícaros. Sin mucho adorno, con frases cortas y directas; el libro se pasa volando, y se convierte en un testimonio esencial de cómo era la realidad de la época.
Precisamente de Madrid, y de su historia, hay una exposición en la biblioteca Mario Vargas Llosa, al lado de Tribunal. Un recorrido por la historia de la ciudad a través de varias acuarelas. Termina dentro de nada, hasta el 24, pero muy recomendable ir si hay oportunidad. Guiño cultural también al cine español después de los Goya, en especial a As Bestas: qué triunfo en la gala y qué triunfo en la sala.
Cierro con otra cita de Fellini, y sé que esto es debilidad por él, pero es que da para pensar: «I don’t like the idea of «understanding» a film. I don’t believe that rational understanding is an essential element in the reception of any work of art. Either a film has something to say to you or it hasn’t. If you are moved by it, you don’t need it explained to you. If not, no explanation can make you moved by it.»
Que así sea.